Empecé a trabajar con Sara hace dos años, y aún sigo asistiendo a sus clases y talleres, porque el trato y el ambiente con el que trabajamos, es de total respeto, cercanía, confianza y seguridad.
Mis inicios se dieron con el trabajo de voz, donde partía de un gran desconocimiento e introversión, pero poco a poco y con la conexión de grupo que se consigue crear, he podido ir conociendo y siendo consciente de la importancia de nuestra voz, de su relación con las emociones… Y todo ello a través de la música, del movimiento y trabajo corporal, de la improvisación musical, y de la escucha respetuosa. Ahora, sigo con las mismas ganas e incluso más, de seguir con el crecimiento personal a través de la música, de la meditación y del buen trato. Y gracias a la implicación de Sara, y a que se nota que disfruta y cree en lo que hace, todo sucede de una forma fluida, segura y con mucha naturalidad.
Elba Lloreda
Acompañante, Madrid